INFLUENCERS
Lo
que hay detrás de su trabajo
Autor:
Yenifer
Los influencers, aunque pueden parecer tener una vida
idealizada en las redes sociales, enfrentan varios desafíos y realidades en su
trabajo diario.
“Es completamente normal que se tienda a idealizar el
trabajo de influencer”, dice Mercè Bona, de 36 años, conocida en redes sociales
como ‘La Chica Bona’, donde la siguen en Instagram más de 887.000 personas y en
TikTok más de siete millones. “Nosotros mostramos siempre ‘el resultado final’
de nuestro trabajo, que es un vídeo de unos segundos. Obviamente, no hemos
tardado eso en pensar la idea, crear un guion, hacer compras, realizarla,
editarla y publicarla”, dice ella.
Que parezca poco trabajo es parte del trabajo. “Los
influencers nos dedicamos a la industria del entretenimiento, así que, por
supuesto hay un trabajo detrás que, por la propia naturaleza de nuestro
trabajo, se mantiene ‘oculto’”, indica Bona y aclara: “No por querer esconder
nada. Si yo quiero que la gente se entretenga con mi contenido, le resulte
agradable y ameno de ver, tengo que mostrar en segundos lo que realmente a mí
me ha podido costar horas, o incluso días hacer”.
Ser influencer: la no tan amable realidad que hay detrás
del trabajo que parece no llevar trabajo
Vivo
Tres exitosos creadores de contenido y tres expertos en
marketing e internet analizan para La Vanguardia las cualidades y el nivel de
sacrificio que se requiere para captar y mantener grandes audiencias en redes
sociales
1 de cada 3 jóvenes españoles sueñan con dedicarse a la
industria del entretenimiento digital, pero ignoran el esfuerzo que supone:
“Piensan que ser influencer es sentarse delante del ordenador y hacer cuatro
tonterías”
Abril Phillips
03/08/2024 06:00 Actualizado a 03/08/2024 19:49
“Es completamente normal que se tienda a idealizar el
trabajo de influencer”, dice Mercè Bona, de 36 años, conocida en redes sociales
como ‘La Chica Bona’, donde la siguen en Instagram más de 887.000 personas y en
TikTok más de siete millones. “Nosotros mostramos siempre ‘el resultado final’
de nuestro trabajo, que es un vídeo de unos segundos. Obviamente, no hemos
tardado eso en pensar la idea, crear un guion, hacer compras, realizarla,
editarla y publicarla”, dice ella.
Que parezca poco trabajo es parte del trabajo. “Los
influencers nos dedicamos a la industria del entretenimiento, así que por
supuesto hay un trabajo detrás que, por la propia naturaleza de nuestro
trabajo, se mantiene ‘oculto’”, indica Bona y aclara: “No por querer esconder
nada. Si yo quiero que la gente se entretenga con mi contenido, le resulte
agradable y ameno de ver, tengo que mostrar en segundos lo que realmente a mí
me ha podido costar horas, o incluso días hacer”.
Los influencers nos dedicamos a la industria del
entretenimiento: hay un trabajo detrás que, por su propia naturaleza, se
mantiene ‘oculto.
Mercè Bona, de 36 años, en un evento de TikTok cedidas
Ella empezó a crear contenido en 2019, pero recién en
2021 empezó a trabajar de ello. “Al principio, lo combinaba con mi trabajo
clásico. Llevaba diez años dedicada a los recursos humanos. Pero, tras un
tiempo de ver que esto era más estable de lo que puede parecer, decidí dejar lo
otro y dedicarme un 100% a las redes”, explica la influencer.
Cada vídeo que publica representa solo un porcentaje muy
pequeño de cualquiera de sus días como una influencer. “En ese vídeo, no verás
que ese día también he grabado mi podcast de Spotify, que he hecho mis
historias recomendando cosas en Instagram, mi vídeo largo en YouTube. No verás
que he mandado dos guiones a marcas con las que trabajo, ni que además he
tenido que ir a un evento de otra marca, o que estoy escribiendo mi segundo
libro. Todo sin contar mi casa y mis hijos”, explica ella.
“La gente piensa que ser influencer es sentarse delante
del ordenador y hacer cuatro tonterías”, opina Enan López de Freitas, socio y
CMO de la agencia de marketing The White Rabbit y asegura que: “Es un trabajo
100%. Quien diga que no se merecen lo que están ganando es porque no conocen lo
que hay detrás de cámara. No es sentarse y ponerse a hablar. Sobre todo, los
macro influencers, suelen tener un equipo y una producción muy grande detrás.
Son como una pequeña empresa”.
En conclusión, Ser influencer puede parecer un camino
fácil hacia la fama y el éxito, pero en realidad, implica una gran presión,
sacrificios personales y constantes desafíos. Detrás de las cámaras, los
influencers enfrentan la incertidumbre económica, la crítica constante y la
difícil tarea de mantener una imagen perfecta. Aunque el mundo digital ofrece
grandes oportunidades, también exige un equilibrio entre autenticidad y
monetización, privacidad y exposición. Al final, ser influencer no es solo
sobre brillar en las redes, sino sobre gestionar la vida profesional y personal
con resiliencia y adaptabilidad.
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