jueves, 13 de marzo de 2025

MEDIOS DE COMUNICACION - La relación entre religión y política

 

MEDIOS DE COMUNICACIÓN

La relación entre religión y política

Autor: Yenifer

Fuente - https://cienciassociales.uniandes.edu.co/imprenta/la-relacion-entre-religion-y-politica-en-perspectiva-global/

La religión ha sido una de las fuerzas más influyentes en la formación de las culturas a lo largo de la historia humana. Su impacto no solo ha moldeado creencias y prácticas espirituales, sino que también ha dejado una huella profunda en el desarrollo de la identidad cultural, las normas sociales, las leyes y la política. La intersección de la religión y la cultura varía significativamente de un país a otro, y cada sociedad interpreta y vive esta relación de manera única.

En muchas sociedades contemporáneas, la religión continúa siendo un motor importante en la configuración de la identidad cultural, mientras que, en otras, la secularización y la globalización han modificado su rol, abriendo el espacio a una diversidad de creencias y prácticas que coexisten y se influyen mutuamente. En este contexto, el estudio del impacto de la religión en la sociedad moderna es crucial para entender cómo las tradiciones religiosas continúan influyendo en la moralidad, los sistemas educativos, las leyes, las relaciones de poder, y las dinámicas de inclusión o exclusión en el mundo globalizado.

El profesor Jean Marie Chenou, del Departamento de Ciencia Política, conversó con los profesores Carlos Manrique, del Departamento de Filosofía, y Carlos Ramírez, del Departamento de Ciencia Política, sobre estos temas. JMC: ¿Cómo abordar, a su juicio, la relación entre religión y política? CM: existen dos perspectivas principales para abordar la relación entre religión y política. La primera perspectiva es la normativa, que plantea la pregunta sobre cómo debería ser esa relación y asume que debe ser regulada y controlada. Esta es la comprensión dominante en nuestra sociedad, donde el secularismo o laicismo se ven como principios normativos integrales al Estado liberal. En ese marco puede distinguirse entre un secularismo negativo y uno positivo

“En el mundo de la acción política, en conexión con factores no religiosos, se usan ciertas razones y prácticas que valen como religiosas”

El primero busca una libertad de la religión, separándola del Estado y la esfera pública y viéndola como una amenaza para estos, y tiene raíces históricas en la laicité "Laicismo" como valor republicano central al ethos cívico tras la revolución francesa; mientras que el segundo implica una libertad para la religión vista como un elemento importante de la vida social y tiene su origen en la historia de la fundación del Estado-Nación en Norteamérica. Desde una perspectiva más histórica, en cambio, no se trata de regular la relación entre religión y política, sino de comprender cómo se ha configurado históricamente en las sociedades occidentales. Desde esta perspectiva, se critica el secularismo como una configuración histórica asociada al desarrollo del capitalismo, al Estado moderno y al colonialismo. Un ejemplo emblemático de este debate es la ley francesa de 2005 que prohíbe el uso del velo para las niñas musulmanas en las escuelas públicas. Esta ley refleja la perspectiva normativa del Estado francés, que busca regular la relación entre religión y política y proteger los espacios públicos de lo que considera una amenaza religiosa. Sin embargo, desde la perspectiva histórica y crítica de investigadores como Talal Asad o Sabah Mahmood, se ve esta ley como una forma de racismo de Estado y neocolonialismo.

Carlos Ramírez comenta: se debe hacer un uso muy cauteloso del concepto de religión. Ante las posturas abolicionistas, que rechazan su uso, por considerarla un concepto no nativo y por sus connotaciones políticas nada neutrales, me inclino hacia perspectivas que hablen en términos de parecidos de familia o de clasificaciones polinómicas. En esos casos no hace falta buscar una ‘esencia’ constante de la religión, sino rastrear superposiciones parciales entre las propiedades de distintos casos. No hace falta hallar, digamos, el núcleo que permite hallar los rasgos comunes del budismo, el candomblé y el cristianismo, sino hallar, desde una perspectiva sincrónica o diacrónica, elementos compartidos y no compartidos. El concepto de religión tiende a ocultar la heterogeneidad de esas dimensiones. De la mano de esto, y pensando en la relación entre religión y política, creo que es importante no ‘personificar’ las tradiciones y atribuirles agencia o intencionalidad, tal como cuando se dice que ‘el cristianismo produjo X’, ‘el islam cree que… y’. Los únicos agentes son los individuos. En esa medida creo que debe evitarse. Más que hablar de ‘religión y política’ me interesa ver cómo, en el mundo de la acción política, en conexión con factores no religiosos (cálculos utilitarios, lealtades a ciertas organizaciones, diversas ideologías, rasgos psicopatológicos), se usan ciertas razones y prácticas que, desde la perspectiva de los agentes o de los observadores, valen como religiosas.

Si las identidades de los agentes – en medio de las modernidades múltiples que constituyen el mundo contemporáneo – son plurales, complejas y cambiantes, no se puede derivar la acción política, de manera directa, de un monolítico trasfondo religioso.

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