domingo, 20 de abril de 2025

Idiomas que unen: el aprendizaje lingüístico como puente hacia la educación intercultural

 

Idiomas que unen: el aprendizaje lingüístico como puente hacia la educación intercultural

Línea de investigación: Promoción de pregrados

Autor: Laura Alarcón

En un contexto global cada vez más interconectado, donde los desafíos sociales, políticos y medioambientales traspasan fronteras, la capacidad de comprender y convivir con otras culturas se ha vuelto esencial. El aprendizaje de idiomas no solo facilita la comunicación entre personas de diferentes orígenes, sino que también es una herramienta poderosa para promover la educación intercultural. Esta dimensión del aprendizaje lingüístico fomenta el respeto, la empatía y la construcción de sociedades más inclusivas, donde la diversidad no es vista como obstáculo, sino como una riqueza compartida. Estudiar una lengua extranjera implica también conocer las tradiciones, valores y visiones del mundo de otros pueblos, lo cual fortalece la ciudadanía global y el entendimiento mutuo.

La UNESCO ha reconocido el papel fundamental del aprendizaje de idiomas en el fortalecimiento del diálogo intercultural, señalando que “la competencia lingüística es un elemento clave para construir una paz sostenible” (UNESCO, 2022). En este sentido, un estudio publicado por el Journal of Multilingual and Multicultural Development demostró que los estudiantes que aprenden una segunda lengua tienden a mostrar niveles significativamente más altos de tolerancia cultural, apertura mental y actitudes positivas hacia grupos diferentes al propio. Además, el informe de la Comisión Europea sobre Multilingüismo (2023) destacó que los programas escolares que incorporan una educación intercultural basada en el aprendizaje de idiomas contribuyen al desarrollo de competencias sociales y emocionales esenciales en entornos diversos. Esto demuestra que las lenguas no son solo medios de comunicación, sino vehículos de integración y cohesión social.

Estudiar un idioma extranjero permite, además, desafiar estereotipos y descubrir puntos en común entre culturas que, a primera vista, podrían parecer muy diferentes. A través de la lengua se accede a las narrativas, expresiones artísticas, cosmovisiones y experiencias cotidianas de otras comunidades, lo que amplía nuestro marco de referencia y nos invita a reflexionar sobre nuestra propia identidad. En un mundo en el que la polarización y el prejuicio siguen generando divisiones, el aprendizaje de idiomas emerge como una forma concreta de cultivar el entendimiento y construir puentes. Esta experiencia, profundamente humana y transformadora, nos recuerda que en cada palabra nueva que aprendemos hay una historia, una persona y una oportunidad de conexión.

En conclusión, el aprendizaje de idiomas representa mucho más que una competencia comunicativa: es una herramienta educativa de profundo valor social y cultural. Nos permite no solo hablar con el otro, sino comprenderlo, respetarlo y convivir con él en armonía. En un tiempo donde urge formar ciudadanos globales comprometidos con la diversidad y el diálogo, estudiar idiomas es un acto de apertura, empatía y compromiso con un mundo más justo e inclusivo. Aprender una lengua extranjera es, en definitiva, aprender a mirar el mundo con otros ojos.

 

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