domingo, 20 de abril de 2025

Pregrado Idiomas: El poder del lenguaje: beneficios cognitivos de aprender un nuevo idioma

 

El poder del lenguaje: beneficios cognitivos de aprender un nuevo idioma


Línea de investigación: Promoción pregrados
Autora: Laura Alarcón

Aprender un nuevo idioma es mucho más que adquirir vocabulario y reglas gramaticales; es una experiencia transformadora que activa distintas áreas del cerebro y potencia nuestras capacidades cognitivas. En un mundo interconectado, el dominio de varias lenguas se convierte no solo en una ventaja social y profesional, sino también en una oportunidad para fortalecer el pensamiento, la memoria y la agilidad mental. Numerosos estudios científicos han demostrado que las personas bilingües o multilingües presentan mejoras significativas en funciones ejecutivas como la atención selectiva, la toma de decisiones y la resolución de problemas.

Diversas investigaciones respaldan la idea de que aprender idiomas fortalece el cerebro. Un estudio realizado por la University College London evidenció que el aprendizaje intensivo de una lengua extranjera provoca un aumento en la densidad de la materia gris en el cerebro, especialmente en áreas relacionadas con el procesamiento de la información, el control ejecutivo y la memoria. Asimismo, la Universidad de York en Canadá reportó que los adultos bilingües tienen un 32% menos de probabilidades de desarrollar demencia en la vejez, en comparación con quienes hablan solo un idioma. Estos hallazgos sugieren que el aprendizaje lingüístico no solo es beneficioso en la juventud o etapa académica, sino que tiene efectos positivos a lo largo de toda la vida, preservando la salud cerebral en la adultez y la vejez.

Por otro lado, el estudio de idiomas mejora la capacidad de concentración y flexibilidad cognitiva, cualidades esenciales en un entorno educativo o laboral dinámico. Según un informe de la American Academy of Arts and Sciences (2023), los estudiantes que aprenden una segunda lengua muestran un mejor desempeño en tareas multitarea y mayor sensibilidad a los detalles en entornos complejos. Además, el bilingüismo está relacionado con una mayor capacidad de abstracción, ya que quienes manejan dos o más códigos lingüísticos tienden a desarrollar un pensamiento más creativo y una comprensión más profunda de la realidad. Estas habilidades, cada vez más valoradas, fortalecen no solo el perfil profesional, sino también la autoconfianza y el desarrollo integral del individuo.

En conclusión, aprender un idioma es una inversión en el propio bienestar cognitivo, emocional y social. No se trata únicamente de comunicarse con otros, sino de expandir los límites de la mente y abrir nuevas posibilidades de comprensión del mundo. Estudiar lenguas extranjeras no solo mejora la memoria y la concentración, sino que también nos ayuda a vivir con mayor agilidad mental, empatía y curiosidad intelectual. En tiempos en los que se valora la innovación, el pensamiento crítico y la adaptabilidad, el aprendizaje de idiomas emerge como una herramienta poderosa para quienes desean crecer, aprender y dejar una huella positiva en su entorno.

 

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